viernes, 30 de marzo de 2007

Matías Ávalos, Luis Felipe Barrio-¿Seattle?



Para que un disco aparezca reseñado aquí en la práctica solo tiene que cumplir uno de estos requisitos: o bien es un clásico incontestable o bien es una auténtica rareza o sencillamente es que me gusta y punto. En el caso presente es por el último criterio; evidentemente.

La primera vez que escuché a Luis Felipe Barrio y Matías Ávalos fue en un disco que me regalaron en el año 92 cuando me presenté con mi grupo de rock a unos circuitos de la comunidad de Madrid. En el cd, que era de la convocatoria anterior, aparecían varios grupos de diferentes estilos y de pronto, cual rara avis, dos cantautores como de pegote. Pues bien, fue escuchar "satélites" y "la marea" y flipar más que un indio ebrio de peyote. No daba crédito a lo que ahí se escuchaba: unas voces más que convincentes, unas letras muy buenas y una clase y una madurez de aupa. Y es que eso es lo que eran y lo que siguen siendo Luis Felipe y Matías, unos tipos con clase, con mucha clase, que se atreven a cantar en vasco, en catalán, en portugués y en lo que sea menester; porque además no tienen prejuicios y su intimidad con la belleza de lo cotidiano es tal, que la cogen de la mano y se la llevan de paseo por toda nuestra geografía sin ningún problema y con el mayor de los cariños.

Tras un diseño austero, se esconden diez propuestas de autor de su puño y letra que siguen la línea habitual de calidad de otras composiciones suyas. Destacan las voces: la de Matías por su pasión y sus agudos tan bien traídos; la de Luis Felipe por su implicación y su cercanía. La primera próxima a los más grandes intérpretes de canción melódica e incluso pop; la segunda digna del más atormentado fadista con ciertos ribetes del mejor Serrat. Las letras siguen la línea habitual de la casa; los aciertos y también los excesos surrealistas de Matías se compensan y se complementan a la perfección con los hallazgos y las en ocasiones laberínticas metafóras de Luis Felipe.

Del disco señalaré dos temas en concreto que me encantan: por un lado "cambiar la ley" que es un personal y magnífico ajuste de cuentas -qué maravilla de voz la de Matías- a algún programa concurso musical, de cuyo nombre no quiero acordarme, y por otro "swansea song" un precioso jazz-blues con una letra hiper-sugerente, con un Luis Felipe desbordado de sus propias fronteras artísticas.

El disco fue editado en el 2005.

Cortes:

1.- Cambiar la ley
2.- Molongo
3.- Misión alien
4.- Swansea song
5.- On line
6.- Nao sei se outro mundo é possivel
7.- Photoshop
8.- A las barricadas
9.- Super yoga
10.- De las provincias vascongadas

abuineitor

jueves, 29 de marzo de 2007

Carlos Chaouen-Maldita




"Voy caminando comiendo primaveras,
se que cada mañana es una mañanita nueva,
me arrastro por el suelo, como una culebra,
se que cada sol es una bruja hechicera,
vístete que tengo prisa, voy a pillar setas al parque,
además de tomar aire, necesito tomar parte (...)"


Así empieza este cancionero cuya fecha de edición es el año 2000. No podía comenzar mejor el nuevo milenio en cuanto a música de autor se refiere. Para mi este disco fue mucho más que una grata sorpresa: fue toda una revelación. Recuerdo que era otro cantautor Marwan quien me contaba siempre maravillas de Carlos Chaouen (gracias por cierto Marwan) hasta que un día en una tienda de discos vi éste y me dió por comprarlo así, a ciegas. Qué pedazo de álbum. Si exceptuamos la portada que no me dice mucho, vaya colección de temas. Y vaya letras, y vaya voz y vaya interpretación de las canciones; y qué producción, tan comedida y elegante (Miguel de la Vega y Tato Icasto, este último llevando además a cabo un fino trabajo de teclados que, junto con Luis Dulzaides -percusiones- son mis dos músicos favoritos del disco).

Los temas son:

1.- Necesito de la luz
2.- Maldita
3.- Carita de pena
4.- Seré
5.- Impertinente
6.- Dentro de ti
7.- Gorda o flaca
8.- Siempre quieres más
9.- Vale la pena
10.- Mi habitación en tus pupilas
11.- Vente

Ya los acordes iniciales de la guitarra acústica de la primera canción acompañando los primeros versos de Carlos te ponen en antecedentes de todo lo que viene después: emoción, delicadeza y urgencia, versos dolientes, amor a raudales, erotismo y psiquismo, paraísos artificiales; el cristianismo y/o la religión como metáforas de lo poético y de la vida; promiscuidad verbal, mordacidades y otras generosas filosofías personales que logran traspasar como si nada los exiguos límites de lo terrible y de lo humano.

Me resulta difícil destacar canciones porque el nivel es muy elevado. Pero por mojarme un poco citaré la primera, porque fue mi puerta de entrada al abierto universo chaoueninano. También "carita de pena" porque es una canción tremenda y el verso que dice "todos los caminos llevan a Roma, pero pasan por tu casa" es sencillamente genial. "Mi habitación en tus pupilas" es jamón de pata negra, y "vente" una canción superlativa y hermosa hasta más no poder.

Carlos, si no me equivoco, vino de la mano de la generación de Ismael Serrano, Antonio de Pinto, Quique González, y muchos otros cantautores que empezaron a oirse a finales de los años 90. Qué buena cosecha pardiez, qué buenas añadas aquellas. Carlos Chaouen es a mi juicio uno de los mejores y más interesantes de esa generación, aunque como cantautor resulte un poco atípico. Pero es que, encima, es un gran tipo. No se le puede pedir más.

abuineitor

domingo, 25 de marzo de 2007

Joaquín Sabina-Malas compañias




En 1980 Joaquín Sabina edita el que él hubiera querido que fuera su primer album -según leí no sé donde- y era sin embargo el segundo. No sé muy bien por qué Joaquín no le tiene cariño a "inventario", puesto que éste, el primero, aun cuando ninguna de sus canciones haya pasado a la historia de la música popular en español, para mi es un excelente debut. Pero bueno, vamos a ocuparnos de éste que es el que podríamos decir que fue el que lo empezó todo.

Hay en él materia muy variada, de abigarrada autoría, de distinta índole y que ha tenido una suerte harto diferente. El disco empieza con "calle melancolía" una hermosa y efectivamente meláncólica canción que iba destinada a ser todo un clásico dentro del cancionero sabiniano. A continuación el genial retrato-blues sobre el delincuente apodado el Jaro que coescribió con Pulgarcito (J. R. Ripoll) que, junto con "carguen, apunten, fuego" que cuenta historias de la "puta" mili, a mi modo de ver han envejecido mal, puesto que hablan de temas que eran contemporáneos o de actualidad a finales de los 70 y comienzos de los 80 pero no ahora. Tras "gulliver", una fábula sobre el poder, el siguiente corte es un tema prestado por el cantautor de culto Chicho Sánchez Ferlosio, "círculos viciosos" que siempre me gustó y me pareció muy ingenioso e irónico, y que Joaquín sabe muy bien hacer suyo. Lo siguiente es "pongamos que hablo de Madrid"; en fin, poco podría decir yo que no se haya dicho. Es lo que es: el himno de Madrid, probablemente el himno cantautoril de toda una época, una letra excepcionalmente poética y una música (de Antonio Sánchez, luego en Académica Palanca) acertadísima y muy inspirada, aunque según me cuenta Javier Batanero (compañero de Antonio en Académica) en principio no iba destinada a tal letra, en fin, cosas del destino, supongo... Siguen "manual de héroes o canallas" una canción que parece haber sido escrita en un rato en el estudio entre toma y toma, "bruja" y "mi amigo Satán" canciones de esas que hay en todo disco porque los discos no se componen solamente de 4 o 5 canciones. Echa el telón "pasándolo bien" un gracioso rock acústico de estribillo pegadizo -que me encanta- y que ya anuncia futuras y próximas aventuras rocanroleras del de Úbeda.

No podría terminar esta reseña sin comentar la magistral labor de los dos ilustres arreglistas, a saber: Hilario Camacho y J.A. Romero. Los dos grandes guitarristas, y, en el caso de Hilario, magnífico cantante; dan un ambiente de folk americano, muy del estilo de trabajos previos de Hilario, que, junto con el casticismo vocal de Sabina convierten la obra en una bizarra obra maestra. A Hilario se le puede escuchar hacer voces, por ejemplo, en "pongamos que hablo de Madrid" o en "gulliver" o en "calle melancolía" colaborando a acentuar la grandeza de estas canciones.

En fin, todo un clásico. Por tanto, se recomienda escuchar con la reverencia y la atención que se debe.

Amén.

Canciones:

1.- Calle Melancolía
2.- Qué demasiao
3.- Carguen, apunten, fuego
4.- Gulliver
5.- Círculos viciosos
6.- Pongamos que hablo de Madrid
7.- Manual para héroes o canallas
8.- Bruja
9.- Mi amigo Satán
10.- Pasándolo bien

abuineitor

sábado, 24 de marzo de 2007

Chicho Sánchez Ferlosio-A contratiempo





Noticia de última hora: ¡acaba de publicarse en cd "a contratiempo"!

Si hay un título que defina mejor un disco es éste. El único larga duración de Chicho fue (y es) un disco a contratiempo y en realidad a contra todo. Un producto extraño, raro en todos los sentidos. Se publicó en 1978 y jamás se ha reeditado en cd. Un vinilo del que, parafraseando al filósofo escocés David Hume, cuando hablaba de su primer libro, podríamos decir que había nacido muerto. De hecho Chicho era más un cantautor "callejero" o de directo y a duras penas le llevaron a un estudio a grabar esta obra. Un dignísimo ejemplo de modestia y sencillez, a mi entender, para todos esos ambiciosos cantautores noveles que llevan escrito en la frente el adagio "quiero ser famoso y grabar un disco y ganar mucho y ligar mucho".

Chicho era hijo del escritor falangista Rafael Sanchez Mazas y hermano del escritor Rafael Sanchez Ferlosio. Dicho esto hay que recordar que Chicho puso siempre sus versos al servicio de nobles causas sin cortarse un pelo tanto si las injusticias venían de un lado o de otro; del rojo o del azul o del negro o del amarillo o del rosa. Por otra parte, sus canciones son de una sencillez tal, musicalmente hablando, que parecen canciones anónimas rescatadas de nuestro cancionero popular. Pero no, tras unos arreglos espartanos, propios de un Brassens, una ojeada a las letras nos revelará un autor libresco y profundo, irónico y combativo, un autor con una personalidad aplastante y una voz muy peculiar (en ocasiones muy cercana en interpretación a la de su gran amigo y también gran cantautor Alberto Pérez luego vinculado a la Mandrágora) que te engancha desde que la oyes destilando las primeras palabras de una estrofa o estribillo.

Del disco yo destacaría en concreto dos canciones que me gustan muchísimo. En "el ser" el autor se embarca en un irónico discurso metafísico sobre lo que es la vida, jugando maravilosamente con la musicalidad de las palabras en el estribillo. En la canción que da título al disco "a contratiempo" se posiciona como crítico (bueno la letra es del poeta Agustín García Calvo) a nuestro descubrimiento de América y posterior colonización del nuevo mundo; vamos, como dijimos antes, Chicho no solo escribe a contratiempo, sino a contra época, a contra sistema y a contra todo. Una bendición, dados estos tiempos apoltronados.

Es de señalar, que la canción más popular de Chicho no se encuentra en este disco. Se trata de la divertida "círculos viciosos", más conocida seguramente por haber sido incluida por Joaquín Sabina en su disco "malas compañías" y en también en el comunitario "la mandrágora".

Canciones:

1.-Si las cosas no fueran
2.-Gallo rojo, gallo negro (Los dos gallos)
3.- La paloma de la paz
4.- Ladinadaina
5.- La gracia nevando
6.- Canto III de "El Infierno"
7.- El Ser
8.- Hoy no me levanto yo
9.- Balada de las prisiones del verano de1968
10.- Ni aguantar ni escapar
11.- Afró Tambú (Canto a Venus)
12.-Romance del prisionero
13.- Carmen aruale (Fratres aruales)
14.- A contratiempo (Carabelas de Colón)
15.- Llegarás por los calveros

abuineitor

viernes, 23 de marzo de 2007

Vainica Doble-Heliotropo



Lo primero que debo decir es que siento debilidad por el trabajo de estás dos mujeres. Carmen Santonja y Gloria Van Aerssen me producen un estupor inenarrable cada vez que las escucho dado el aburrido panorama de la música nacional y especialmente de la de autor. Son naïf, divertidas, tiernas, rockeras, folkies, rimadoras imaginativas, poperas, inteligentes, improvisadoras, geniales, onomatopéyicas, cultas, pícaras, atrevidas y un millón de cosas más que se resumen en una sola: son encantadoras.

En 1973 publican su segundo disco de larga duración acompañadas en la producción por J. M. Caballero Bonald (poeta metido a productor) y en la dirección musical y arreglos por Pepe Nieto. Los temas incluidos son:

1.- Réquiem por un amigo
2.- El pabú
3.- Dos españoles, tres opiniones
4.- Elegía al jardín de mi abuela
5.- Moros, cristianos y chinos
6.- Ay, quién fuera a Hawai
7.- Agáchate que te pierdes
8.- Nana de una madre muy madre
9.- La máquina infernal
10.- Habanera del primer amor
11.-A la sombra de un banano
12.- Coplas del iconoclasta enamorado

El disco entero merecería estar en un lugar de honor en los altares de la música popular en español, e incluso del mundo mundial, pero sospecho que nunca ha despertado más que el interés de los enteradillos de turno (me too). Está lleno de clásicos del dúo como la "elegía" o la "nana" o la siempre celebrada entre sus fans "habanera". Sin embargo yo citaré mis dos favoritas del disco: "El pabú" y las "Coplas del iconoclasta enamorado". La primera porque es una enumeración de juegos y juguetes infantiles con una melodía sencilla pero muy hermosa. Y la segunda porque es muy curiosa la mezcla del amor del protagonista de la canción y los destrozos que anuncia que va a hacer ¿a quién se le podía ocurrir algo así sino a las Vainica Doble?.

Destacan los arreglos y la producción, con la inclusión de muchos instrumentos acústicos mezclados con otros eléctricos, y, como no, las composiciones. Las letras, esas maravillosas letras donde cabe de todo; desde canciones infantiles a crítica del carácter nacional, pasando por Gauguin, Rousseau, Marilyn y lo que haga falta. Las voces siempre tan personales y con unos juegos corales altamente enriquecedores.

En resumen, que desde que me lo compré hace años no he dejado de admirar este cd y además ha hecho que me haya convertido en un buscador empedernido y enloquecido de otros trabajos de estas dos entrañables artistas. El que tenga la oportunidad de adquirirlo que lo haga y disfrute de esa primera escucha virgen y reveladora, que yo, ay, ya no podré hacer nunca más. Me conformo con machacarlo en mis reproductores de cd cuando necesito reconciliarme con la realidad en la que vivo, lo que no es poco.

¡Vivan las Vainica!
(Sabina dixit)

abuineitor