lunes, 30 de julio de 2007

Hilario Camacho-De paso



Por razones que sería largo explicar vamos a comentar este disco a medias Antonio Gómez y yo.

Descubrí la música de Hilario, como muchos, por la famosa serie de tv "Tristeza de amor". Años después tras varios avatares biográficos acabé encantautorizándome; lo cual hizo que me interesara, en esta ocasión, más intensamente por el género, aproximándome a la obra de artistas por los que hasta entonces había pasado de puntillas.

Hace algunos años me compré, exponiéndome a las crudas eventualidades del destino, un recopilatorio de Hilario Camacho titulado "Lo esencial". Allí, en concreto, encontré una canción, sin la cual ya no podría vivir que se titula "El agua en sus cabellos", además de otras que también llamaron mucho mi atención. De éstas, varias habían sido extraídas del disco que nos ocupa "De paso". Así pues, un día u otro yo tenía que acabar poseyendo ese cd, porque, afortunadamente, existe una reedición en digipack estupenda y muy fácil de encontrar, ya que el vinilo original se publicó en 1975 y ese sí que debe ser inencontrable. Pues bien, hace una semana (he tardado mucho lo sé) por fin me hice con este portento.

Tras una semana de asiduo asalto al equipo de música y a los cascos, carátula en mano, puedo prometer y prometo que me encuentro absolutamente rebasado por el embrujo de este álbum. No hay nada que no me guste en él, por gustarme me gusta hasta como huele... Me parece una obra maestra en muchos sentidos, no solamente de música de autor, que también lo es, sino de hippismo con eñe, de folk nacional, de rock ácido, de improvisación jazzística, de interpretación vocal e instrumental, de elegancia poética, de producción desinhibida y libre etc.

Ahora que ya lo tengo, je je, puedo decir (qué morro) que como me entere que alguno de los que denominan a sí mismos como cantautores, no tenga este cd o no lo haya escuchado todavía, le denuncio a la Santa Hermandad para que lo manden a servir al rey como galeote.

Pero, en fin, y bromas aparte, como de los intringulis del meollo del acontecimiento, sabe más Antonio Gómez, como que formó parte del mismo, concluyo aquí mi intervención y paso a darle "De paso" paso, para que continúe con el comentario.

abuineitor

Recojo el testigo que me pasa Carlos, que cuando dice que yo sé más del disco de Hilario debe referirse a que, por razones cronológicas, me tocó vivir muy de cerca tanto el proceso de creación de algunas de sus canciones como, después, su grabación.

A mi también me parece que "De paso" es probablemente el mejor de los discos de Hilario Camacho, aún aceptando eso de que sobre gustos no hay nada escrito. Intentaré explicar brevemente por qué me lo parece destacando en primer lugar el momento en el que fue grabado, cuando Hilario tenía 27 años y se encontraba en plena creatividad. Había tenido dos años antes la experiencia de grabar su primer LP de la mano de Alain Milhaud, con una esplendida producción que marco un hito en su momento, pero también había vivido un proceso de independencia y de crecimiento artístico que le exigía liberarse de toda tutela y grabar el disco que realmente ansiaba hacer.

La posibilidad la encontró en el sello Gong, de Movieplay, recién creado y en el que grabarían buena parte de los cantautores más destacados del momento (Pastor, Labordeta, Pablo Guerrero, Elisa Serna, Adolfo Celdrán, Batallán, Carlos Cano, Antonio Mata, La Bullonera, Lole y Manuel, Triana, y la edición en España de la Nueva Trova Cubana y la Nueva Canción Chilena, entre otros).

En los años anteriores, Hilario, además, había ido evolucionando sus formas musicales con el gran eclecticismo de toda su vida, siempre aprendiendo para lo que cumplieron un papel fundamental dos de los músicos que entonces le acompañaron y que están en "De paso": el guitarrista Jean Pierre Torlois, y el pianista Jesús Pardo. A la hora de la grabación se les unieron el saxofonista Jorge Pardo (que no estoy seguro si era el primer disco en el que participaba, pero que por ahí andaría, porque era un chaval), el percusionista Xavier Estrella y el batería José Antonio Galicia, junto al bajista Quique Quintana. Era prácticamente una representación de lo mejor del jazz más joven que se estaba haciendo entonces en Madrid, y ese aire nuevo que ellos aportaron en unos arreglos colectivos se nota en el disco.

"De paso" contiene, y eso es lo fundamental, un puñado de canciones que Hilario había ido escribiendo en los años anteriores (alguna, como "El agua en tus cabellos" ya la cantó en el primer recital de lo que luego sería el grupo Canción del Pueblo en noviembre de 1967) entre las que se encuentran unas cuantas que no dudo de calificar de obras maestras, y que, coincido en ello con Carlos, debería estudiar cualquier aficionado a la canción de autor que se precie. Está, sobre todo, esa joya de la música popular que es "Volar es para pájaros", con letra de Pablo Guerrero, que desde mi punto de vista es la exposición más completa que nunca ha hecho Hilario en una de sus canciones de su propia personalidad, de la permanente lucha que en él y en sus composiciones ha existido entre la realidad y el deseo. Pero, es que, junto a ella figuran "Dolores, Dolores", "El agua en tus cabellos", "Princesa de cera" y "Cuerpo de ola".

O los dos instrumentales, que muestran una faceta de Hilario como músico e instrumentista, que sólo practicó en esta ocasión y, como colaborador, en un disco del asturiano Daniel Vega de aquella misma época.

He dejado aparte "El peso del mundo", basada en el poema de Ginsberg y en la que queda más patente que en ninguna otra de las composiciones del disco ese aire de "hipismo con ñ" que dice Carlos y que, efectivamente podría ser la ideología general del álbum. Personalmente no es el tema que más me gusta del disco, casi la única pega que yo le pondría. Tal vez se trate de que me resulta demasiado evidente en ella ese toque jipi, tanto en la letra como en la música, en la que colaboró Jean Pierre, y las canciones de Hilario nunca han sido evidentes.

En la carrera de Hilario "De paso" es un disco fundamental, un final y un comienzo al mismo tiempo. Un final porque en él llega a un punto de evolución de su música en el que encuentra un modo de hacer personal e intransferible, un estilo propio; y un principio porque a partir de él Hilario va a desarrollar ese estilo a lo largo de toda una carrera que habría de dar excelentes frutos artísticos.

En la música española, "De paso" es un disco seminal, a partir del cual surgen posibilidades creativas que antes no existían y que habrían de germinar en cantautores posteriores.

1. Tiempo al tiempo
2. Volar es para los pájaros
3. Dolores, Dolores
4. El agua en sus cabellos
5. Testimonio
6. Verónica
7. Princesa de cera
8. Pequeña muerte
9. Cuerpo de ola
10. El peso del mundo

Antonio Gómez



sábado, 28 de julio de 2007

Jorge Drexler-Eco

Con los años confirmo que no siempre se está preparado para leer un libro, escuchar un disco o descubrir un artista. Cada uno de ellos tiene su momento y a veces... nunca llega. Tardé años en prestarle atención a Madame Bovary, más aún en leer El Principito (que siendo niña me parecía un tostón y ahora me encanta), y varios años en la facultad de periodismo en escuchar a Jorge Drexler.
Recuerdo que fue mi amigo Angel Carmona, periodista, músico, y desde hace años colaborador en la revista Rolling Stone, quien me habló por primera vez de Drexler. Por aquel entonces publicaba "Frontera", y no me gustó nada. Supongo que estaba en otro momento musical, algo que nunca entendió Carmona, ya que para él era el artista más delicioso que había llegado a sus oídos en aquel momento. Era 1999.
Dos años después llegaba "Sea" y alguién creyó que podía gustarme y acertó. Me gustó y me ayudo a sobrellevar una época oscura emocionalmente. Era un disco lleno de luz y era lo que necesitaba.
En 2003 aterrizó "Eco" y Drexler pasó a ocupar un lugar importante en el altar de mis artistas de cabecera. En definitiva con "Sea" el uruguayo me enamoró y con "Eco" se confirmó este amor tardío.
Entre disco y disco tuve además la oportunidad de conocerle, charlar con él, entrevistarle y comprobé de cerca el talento de este médico metido a músico que había llegado a España de la mano de un admirador: Joaquín Sabina. Le conocí antes del Oscar y le volví a ver un año después del galardón. Ví el mismo hombre ilusionado y enamorado de la música, capaz de mezclar en una sola canción de tres minutos el folclore de su tierra, con los loops más modernos y estilizados del sonido siglo XXI. Y es eso precisamente lo que escucharemos en ECO.
ECO nació a medio camino entre San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Montevideo y EEUU. Once canciones (en una primera edición), de aparente sencillez, que fueron reeditadas una y otra vez, hasta que la discográfica exprimió todo el jugo que pudo a un álbum en el que finalmente incluyó el tema oscarizado "Al otro lado del río" de la película del brasileño Walter Salles: "Diarios de una motocicleta". Reediciones, por cierto, que perjudicaron a los que impacientes habíamos comprado el disco recién salido del horno, todo hay que decirlo.
Fue un disco casero, trabajado desde su hogar, rodeado de guitarras y con su ordenador. El mismo que le mantiene siempre en contacto inmediato con su equipo de trabajo en Montevideo, su ciudad. Sobre su forma de trabajo ésto era lo que decía (en la entrevista que le realicé al publicar este disco): "Cuando escribo canciones las mando a mi equipo de producción en Uruguay en Mp3 y ellos me devuelven las primeras aproximaciones también a través de la red. Internet es una herramienta maravillosa, con el único inconveniente de que genera adicción. Me gusta tanto lo que hago que a veces no distingo entre trabajo y ocio. La guitarra es mi trabajo, es una herramienta de exploración personal, pero también es un juego".
Drexler es un inmigrante privilegiado, al menos así se siente por poder ir y venir a su tierra sin problema de papeles. Se trata de no perder sus raíces y también se convierte en el sano ejercicio, junto con la lectura de la prensa diaria, de tener los pies en el suelo.
Cada una de sus canciones son reflejo del momento vital del compositor. Así "Eco" llegó con el 11-S, la posterior invasión a Irak, la crisis del cono sur, de donde es él,... temas suficientemente graves para inspirar conciliadoras canciones como "La milonga del moro-judío". Por eso y porque una noche de copas en Madrid su amigo Sabina le regaló unos versos (escritos en un posavasos) del desaparecido Chicho Sánchez-Ferlosio, que rezaban: "Yo soy un moro-judío que vive con los cristianos, no sé cuál es mi tierra, ni cuáles son mis hermanos (...)".



1. Eco
2. Deseo
3. Todo se transforma
4. Mi guitarra y vos
5. Transporte
6. Milonga del moro judío
7. Polvo de estrellas
8. Se va, se va, se fue
9. Don de fluir
10. Fusión
11. Salvapantallas

Su primer single fue "Todo se transforma", un reclamo de justicia cósmica, o lo que ahora se ha puesto tan de moda y muchos llaman karma. Especial atención para "Guitarra y vos", por la consecución de geniales versos recitados sin apenas respiro.
Les dejo con esta preciosa canción un rico aperitivo de lo que pueden escuchar.

viernes, 27 de julio de 2007

Silvia Comes-Faro




El currículum artístico de Sílvia Comes es, como mínimo, brillante. Inicia su trayectoria acompañando al laureado cantautor catalán Lluis Llach en las giras "Un núvol blanc" y "Un pont de mar blava" como voz solista. Como compositora e intérprete graba dos discos maravillosos junto a la cantante y actriz Lídia Pujol. En ambos trabajos el dúo "Sílvia Comes y Lídia Pujol" intercalan textos de cosecha propia (en catalán y en castellano) con otros de poetas como Gil de Biedma, Luís Cernuda, J. A. Goytisolo, Walt Whitman, William Blake y también algunos componentes de la generación beat norteamericana. El dúo acabará disgregándose tras el álbum "Al entierro de una hoja seca van dos caracoles" (2000). En este paréntesis discográfico S. Comes trabaja como compositora y cantante en el mundo del teatro y colaboraciones de diversa índole artística.

Pero no es hasta después de casi siete años que Silvia graba su debut en solitario bajo el luminoso y evocador nombre de "Faro".

Con "Faro" la cantante catalana se desmarca de sus anteriores trabajos con Lídia Pujol y, a un tiempo, sugiere hacía dónde se dirige a partir de ahora. Todas las piezas, textos como músicas son de su autoría. Comes deja atrás la variedad sonora de sus anteriores entregas con L. Pujol por un sonido global mucho más homogéneo.

Ante todo,"Faro", es un disco de excelentes canciones con un arropamiento musical exquisito. De temática heterogénea, Silvia Comes radiografía la médula de nuestros sentimientos y existencia cotidiana en diez piezas que nos dejan el alma vibrando de pura emoción y belleza. Pero no es un álbum contemplativo y hedonista sin más, posee un hondo calado estético, ético y reflexivo.

La propia Sílvia Comes comenta que "con Faro no pretendo ser la guía de nadie si no más bien reconciliar a la gente que la escucha con las cosas buenas y malas de la vida". El disco es francamente deleitable y, además, cumple muy bien con esa función catártica de la que habla Sílvia.

Abre el cedé "Carta de amor", un mensaje con destinatario incierto pero directo al corazón:

Por amarte estoy mejor
he limpiado mi reverso.
Domesticaste una flor
Mi cotidiano universo.
Te quiero/ me quiero
te quiero/ me quiero
como nunca me he querido antes.

"Días d" describe acertadamente la contradicción vital de nuestro tiempo con destellos de existencialismo:

"Días de guerra al natural,
días de tragar saliva,
días de sol artificial,
y de lluvia corrosiva.

Días de amor superficial
de humedades relativas.
Días de darte todo igual,
y de nadar a la deriva."


En "Calle" hace un retrato de la soledad, el anonimato y el insolidario individualismo de los transeúntes de las grandes ciudades:

"Calle, calle, calle, calle
y no oigo a nadie."

"Mie 2" es el ejemplo de canción-catarsis más clara. Sólo reconociendo y nombrando nuestros miedos podemos asumirlos y reconciliarnos con ellos.

"Miedo al paso de las horas
a los cambios repentinos
a la mínima demora…
al dolor en mi organismo
a manías castradoras
a sufrir casi por vicio
a la mano estafadora.

Pero si tú sigues ahí,
si eso es cierto,
nada me da miedo a mí
ni yo misma me doy miedo…"



Una de mis preferidas es "Tu estufa, mi frío", Comes describe admirablemente lo que ocurre cuando uno tiene lo que el otro necesita y paradójicamente se da el desencuentro.

"Tú con tus trapos, yo con mi polvo
tú pides peras, yo riego el olmo
tú con tu hacienda, yo haciendo hucha
tú con tus armas, yo con mi lucha
tú con tu sed, yo con mi grifo
tú exiges red, yo monto un circo"

Tu estufa, mi frío
Tú con lo tuyo, yo con lo mío."

La producción musical corre a cargo de Gonzalo Lasheras (Luis Eduardo Aute, Jorge Drexler, Javier Corcobado, Duncan Dhu o Esclarecidos) y la propia S. Comes.
Los arreglos, a cargo de Antonio Saúco (4 temas), Eduardo Laguillo (5) y la propia Comes en la pieza "La carabina", son de un equilibrado preciosismo y se mueven próximos al jazz clásico ensalzando en todo momento la tersa y seductora voz de Sílvia.

El selecto grupo de músicos que acompañan a esta vital cantautora son:
Gonzalo Lasheras: guitarras; Antonio Saúco: pianos y órgano ; Eduardo Laguillo: pianos, órgano, programación y percusiones varias; Marcelo Fuentes: bajo; Matthew Simon: trompeta y fiscornio y Vicente Climent a la batería.
El resultado final es un disco de carácter intimista y sobrio con un sonido muy cuidado. Un disco sinceramente recomendable.
Y es que Sílvia Comes es una de las mejores voces del panorama estatal, compone melodías delicadas sin llegar a ser empalagosas, escribe buenas letras y tiene una poderosa voz llena de matices expresivos.
Uno de los mejores discos publicados en este 2007 que esperemos tenga la acogida que se merece.

Título de canciones:

Carta de amor
Días d
La espera
Calle
Mie 2
Radiografía
La carabina
Tu estufa. Mi frío
15-17
Mujer en ruinas.

Grabación, mezclas y producción artística: Gonzalo Lasheras en Estudios Serendipity, Madrid.
Dirección musical: Gonzalo Lasheras y Sílvia Comes.
Producción ejecutiva: Sílvia Comes.
Masterización: Raphaël Jonin - Estudios Dyam, París.
Todos los temas escritos por Sílvia Comes. Fotografías: Sílvia Comes.
Diseño: Studi Juste Calduch. Edita Stres Music. Distribuye: K Industria Cultural. © (2006).

Francisco Martín Soler

jueves, 19 de julio de 2007

Bebe-Pafuera telarañas



Descubrí a Bebe, como no podía ser de otra manera, a través de dos mujeres.

La primera vez que supe de ella estábamos tomando un café (bueno yo un té) en una cafetería mi amiga Beatriz P. Otín y quien esto escribe, y en la tv del local pasaron su videoclip de "Malo". Entonces yo no tenía ni idea de quién era y era la primera vez que escuchaba –y veía- algo suyo. Recuerdo que, Beatriz, siempre tan erudita y tan bien informada de todo lo que a música se refiere, me hizo su ficha artística en un plis plas.

La segunda vez que la escuché fue en el coche de otra amiga y compañera de penas y alegrías musicales, Cristina López, porque tenía puesto el disco de Bebe. Aquí ya se picó mi curiosidad tras escuchar "Ella" que me pareció una melodía, sobre todo el estribillo, muy agraciada y atrayente. Además, y de acuerdo con lo que entonces me dijo Cristina, es una canción que da mucha marcha para afrontar las cosas, una especie de himno de liberación y en pro de la autoestima, y bien cierto es que siempre que la pongo me sube la moral más allá de las lindes de los mismísimos Campos Elíseos o del ultimísimo cielo dantesco.

Pero el disco son muchas más cosas: un suave ritmo ¿bossa? nos acomoda en nuestras butacas cual prefacio de los capítulos que vendrán después. Partes de un cancionero que pretende (y lo consigue) darnos una muestra de los variados registros musicales en que puede desenvolverse Bebe. Y es que esta mujer es ante todo una intérprete de colosal fuerza. Se nota que es actriz. Tanto, que es capaz de sostener la última canción del cd "Razones" solo con su voz y resultar convincente sin hacer alardes de agudos ni de garganta a prueba de bombas.
Otra característica singular del disco es el acento al cantar de Bebe. Esta mujer nacida en Valencia y criada en Extremadura (me siento muy cercano a ella en esto porque yo soy igual de apátrida pues nací en Zaragoza y me crié desde siempre en Madrid) canta con el acento de su tierra adoptiva y consigue una gracia especial que a mí personalmente me encanta (por internet circulan videos de una Bebe previa cantando sin acento alguno por cierto) y me parece uno de los grandes hallazgos de este cd.

Hubo quien comparó a Bebe, con cierto desdén, con la propuesta de Amparanoia. Sinceramente creo que juegan en diferentes ligas pero es que además ni siquiera creo que el jolgorio rítmico de Amparo sea algo a minusvalorar. Bebe Bebe con mayor seguridad de los hontanares de esa obra maestra que es el "London calling" de los ingleses The Clash y cita con gracia en los créditos a la francesa Françoise Hardy quien supongo le habrá influido a la hora de cantar, con ese tono de niña pequeña y ese toque de ingenuidad perversa.

1. Men señará
2. Ella
3. Con mis manos
4. Siempre me quedará
5. Malo
6. Ska de la tierra
7. El golpe
8. Revolvió
9. Como los olivos
10. Cuidándote
11. Siete horas
12. Tu silencio
13. Razones

Dos cosillas antes de terminar. Por un lado reseñar la buena y desprejuiciada producción de Carlos Jean, que creo da una vuelta de tuerca a lo que hasta ahora se había hecho con cantautores. Por otro indicar que Bebe, como bien es sabido, se permite el lujo de despreciar a ese desleal compañero que es el éxito. Olé tus... bueno tus lo-que-sea, pero olé. La lástima es que –por ahora- muchos somos los que nos quedamos huérfanos de un segundo disco.

En fin, que mi canción favorita es "Como los olivos" por la fuerza que tiene... porque me encanta cuando dice tan a su manera aquello de: "te robaré algún cabello para amarrarlo a las trenzas de mi pelo". Bonito ¿verdad?.

abuineitor

miércoles, 18 de julio de 2007

Benedicto-Pola unión











Pola unión: (1976)

1. Os compañeiros (Benedicto)
2. María Soliña (Celso Emilio Ferreiro-Xavier García del Valle)
3. Nosa Señora da Guía (tradicional/ arreglos: Benedicto)
4. Cantar do berce pró víspera de emigrar (Benedicto)
5. Latrica Marica (Benedicto)
6. Dorna (Benedicto)
7. Si vas ó convento de Herbón (popular)
8. Berros de loita (Xosé Manuel Cabada Vázquez/ Benedicto)
9. Enterro do neno probe (Luis Pimentel/ Benedicto)
10. Pola unión (Manuel Curros Enríquez/ Benedicto)


Hace algún tiempo leí el nombre Benedicto como el pionero de la canción de autor gallega en algunos libros conocidos sobre la canción de autor de los años 60 y 70. Concretamente en uno de ellos se hacía eco de la sorpresa de que fuera él el primero o de los primeros cantautores españoles en hacer una canción contra la guerra del Vietnam. Tiempo después, cuando empecé con esta aventura por la red, me encontré con un blog de opinión suyo, en el que estaba un correo de contacto. Después de haber escuchado su música fui incapaz de evitar el ponerme en contacto con él, si bien es cierto que al principio, con una idea preconcebida de alguien que había cantado, grabado discos y dado actuaciones a lo largo del país y del extranjero, poco más que casi le traté de usted: bien equivocado estaba, pues descubrí que por debajo, o mejor dicho, encima del cantante estaba una persona amable, amistosa, sincera y humilde, sin que por ello se disfrace de falsa modestia. Desde entonces hemos mantenido una relación cordial de amistad, aunque sea "por correspondencia". De esta manera, uno ya no puede escuchar sólo su música desde un aspecto técnico o sentimental (en lo referente a los sentimientos que despierta), sino con un enorme cariño bien fundado.


Pola unión es el 1er LP grabado de Benedicto, y supone su reconciliación y reencuentro con la música tradicional de su tierra (al igual que le pasó a todos los miembros de Voces Ceibes), debida muy especialmente a su trabajo junto a José Afonso, aquel gigante de la canción popular portuguesa, al que acompañó durante buena parte de los primeros 70: por eso la inclusión de algunas viejas tonadas populares como "Si vas ó convento de Herbón", "Nosa señora da Guía" (la cuál, según cuenta, fue un descubrimiento del hijo de Zeca, quien hizo la versión portuguesa "Chula da povoa) o la melodía que abre "Dorna". Utiliza los versos de algunos de los mejores poetas en lengua gallega como Curros Enríquez, Pimentel, C. E. Ferreiro, y, se podría decir, reivindica a un poeta bastante desconocido como era Cabada Vázquez y su llamada a la insurrección de los campesinos gallegos; por otra parte, rescata la 1ª musicación que se hizo del poema "María Soliña" de C. E. Ferreiro por parte de Xavier González del Valle (se puede escuchar en el recopilatorio Noticias da Nova Canción Galega). Y por supuesto, las letras del mismo Benedicto, que, dicho sea de paso, tampoco tienen nada que envidiarle a los grandes poetas galaicos: de todas ellas, "Os compañeiros", un canto de solidaridad y una alabanza a la clase trabajadora y campesina, es mi favorita, sin desmerecer, por supuesto, a temas como el tiernísimo "Cantar de berce pró víspera de emigrar", en el que aborda, al igual que todos sus paisanos, el triste tema de la emigración gallega imitando las melancólicas tonadas tradicionales galaicas como el alalá. También el canto a los trabajadores de la mar en "Dorna". Tampoco se puede obviar la magnífica labor de producción del gran Alberto Gambino, que además de cantar sus propios temas, produjo la mayoría de los discos de canción de autor de los años 70; su trabajo impregna el disco con su talento y profesionalidad, sin que ello signifique el desplazamiento ni el soterramiento del cantante o del productor. El disco es una obra de la Transición: la elección del título no es azarosa, y es una llamada a la unidad de los gallegos (y de los otros pueblos también) para construir (o mejor dicho reconstruir) la democracia; como obra de la Transición, abundan referencias políticas, especialmente regionalistas (me vas a permitir usar esta palabra para entendernos). Sin embargo, es mucho más que eso, mucho más que el típico disco de la Transición (si es que hay alguno típico): es un canto a la solidaridad, al amor, al pueblo que trabaja, lleno de ternura unas veces, otras de amargura, sin que falte por ello la temática amorosa ... No es tanto política como esto.


Podéis oír algunos de sus temas en su blog: Chiscando un ollo

lunes, 16 de julio de 2007

Javier Maroto-Luz

No hay mejor manera de comenzar el día que diciendo "¡Buenos días!" y es así como Javier Maroto, cantautor madrileño, presenta su primer disco llamado "Luz".
La primera vez que disfruté esta canción fue en directo en el ciclo de música de autor "Canciones al filo" en Collado Villalba. Tras escucharle dando los buenos días, escribí el segundo capítulo: hacerme con su disco y descubrir en casa qué ocurría después de esa matinal composición. Y así me topé con trece preciosas canciones (más un corte de tomas falsas) donde brillaba la voz de Javier con frescura y descubría ricas melodías, consecuencia seguro de un complicado engranaje y una cuidada formación de conservatorio.

Numerosas colaboraciones, entre ellas, destacar quizás por su veteranía, la de Pablo Guerrero, quien nos regala estos preciosos versos:


"
No ocupa sitio el canto de los pájaros, ni la risa del agua en la verde laguna, ni la mirada que vuela hasta el final del mar, ni la noche de estrellas que rodea el mundo. No ocupa sitio mi cuerpo cuando está en el tuyo".



Y es que en "Luz" encontramos numerosas amigos, por lo que dictan los créditos y delatan las fotos, y es así como es "Luz", consecuencia armoniosa de buenos músicos y mejores entendedores.


Tengo que reconocer que la primera vez que escuché a Maroto me recordó al Pedro Guerra de "Golosinas"; en una segunda escucha descubrí más matices y a la tercera... un cantautor de contundente personalidad delatada en sus letras donde cabe el amor, la amistad, la familia, la compasión o la denuncia.



1. buenos días
2. mirar tu risa (con Álvaro Fraile)
3. si no le escuchas
4. jumilla la uva
5. denis
6. soneto besado (con Sandra Crivelli)
7. el camino de María
8. despedida para un ángel
9. hay quien espera
10. no ocupa su sitio (con Pablo Guerrero)
11. el colgao (con Vega y Miguel Angel Ur)
12. luz
13. tomas falsas
14. entre hermanos



Se cumplen ahora tres años de las primeras grabaciones de este disco, y coincidiendo con este aniversario leo en su página que se marcha a Buenos Aires a iniciar una gira de conciertos con el cantautor argentino, Hernan Lerner, y a grabar el que será su segundo disco: "Al revés".



Desde Autaria sólo puedo decir, ahora, antes de que se marche, que ya esperamos con impaciencia su regreso de "al revés".

Desde el silencio a la musicalidad, pasando las hojas de su libreto y eligiendo cualquiera de las canciones que las llenan, porque por generosas... se hacen nuestras.

-- Beatriz P.Otín

sábado, 7 de julio de 2007

Olga Román 2

La parte aterciopelada de Joaquín Sabina tenía nombre de mujer: Olga Román. Y utilizo el imperfecto porque hace poco leí que el tandem Román-Sabina se decía hasta luego, después de 14 años. Década y media arropando al ronco de Úbeda en escenarios y discos como "Esta boca es mía", "19 días y 500 noches", "yo, me, mí, contigo" o "Nos sobran los motívos".
Con la música como leitmotiv fue también la voz coral de Luis Eduardo Aute (1983-1984) antes de su aventura americana y más recientemente y haciéndo honor a su versatilidad, de Fito y los Fitipaldis, Jorge Drexler, Extremoduro o Pablo Guerrero. Por añadir líneas a su currículum: es voz de cine en "El amor perjudica seriamente la salud" o "El principio de Arquímedes".
Sin embargo y más allá de ser la segunda voz por excelencia, Olga Román, con una asentada mayoría de edad musical re-cumplida, es Músico. Un gran músico.
Nos enfrentamos a una mujer creativa, una señora, una artista que ha sabido destacar cuando ha tenido que hacerlo y mantenerse en un segundo plano, tan discreta ella, cuando las circunstancias así lo escribían. Quizás por eso y por el gran talento que riega sus dos disco: "Vueltas y vueltas" (2001), con preciosos temas que afloran de lo profundo del corazón a la lágrima (que con pudor ocultamos), y "Olga Román2", editado en 2005, donde revalida como compositora junto a Juan Uría... se convierte en una artista que debe brillar con luces de neón para que no nos pase desapercibida.
En este segundo disco, con dos ciudades en su carnet de identidad: Madrid y Buenos Aires, descubrimos un corazón, el tuyo o quizás el mío, quien sabe, que muere y resurge con fuerza de las cenizas. Bellas melodías de pop, jazz, toques de blues y aromas brasileños (esos que tanto le gustan) con los narra el proceso de recuperación de un corazón roto que con el tiempo como medicina imprescidible... se hace fuerte, se asoma a la vida y finalmente se cura.
En "Olga Román2" además encontramos dos antojos de su autora: Jorge Drexler y Carmen París. Dice Olga: "Las dos aportaciones han sido maravillosas y han hecho crecer las dos canciones. Son dos artistas que me gustan mucho y a los que admiro y respeto".
Debo reconocer, si se me permite esta licencia, que las dos canciones corales me encantan: es la suavidad del uruguayo Drexler vs. la fuerza de la mañica Carmen París, ¿qué más se puede pedir?. Será debilidad personal.
El disco es una producción ejecutiva de Olga Román para "Vueltas y vueltas, producciones", y se puede conseguir a través de su página web y con suerte en Fnac.
Os dejo este rosario con once misterios.

1. la cuestión
2. brindis
3. como si nada
4. ahora ya vez
5. apareces (con Jorge Drexler)
6. eso y todo lo contrario
7. un día particular
8. era el mar
9. me asomo (con Carmen París)
10. dime por qué
11. otro tiempo llegó

De Olga se pueden decir muchas cosas, pero quién mejor que Sabina que tantos años la compartió con nosotros:

¿Olga Román? Pregúntale a cualquiera
que no venere el cielo de su boca
de su desván, pomelo con caderas
del dulce desconsuelo que provoca.

Cuando en plazas de toros imposibles
pega su voz a mi como una lapa
sus coros rompen techos y fusibles
y el don de su despecho se destapa.

Su bola de cristal llena de dientes
es un peligro para las morenas
tontas de la ton tómbola amarilla.

¿Olga Román? No ejerzo de vidente
pero poned su charme en las antenas
y yo estaré apludiendo de rodillas.

miércoles, 4 de julio de 2007

Cecilia-Un ramito de violetas



En una reciente entrada en este blog sobre la estupenda cantautora María José Hernández, decía Francisco Espinosa que en España existen y han existido pocas cantautoras, y que, las que hay, no alcanzan o alcanzaron un excelente nivel por lo general, comparadas con sus pares, los cantautores. Cuando leí esto, rápidamente pensé para mí: “puede ser... excepto Cecilia claro” (bueno confieso que también pensé en Elisa Serna y en las Vainica Doble pero estas últimas son otra historia, además, a ellas les gustaba que las consideraran ¡rockeras!). Y pensé esto, porque en mi opinión no ha habido -ni aun hoy hay- ninguna como ella, tan elegante, sencilla y seductora en todos los sentidos, y con tanta sagacidad, perspicacia y ternura escribiendo canciones.

No voy a contar la vida de Cecilia, ni quién era, ni hablaré de su lamentable muerte. Primero porque creo que es de sobra conocida y segundo porque prefiero centrarme en su breve manda musical, que es lo que cualquier artista –de los de verdad- desea, esto es, ser recordado por sus obras, no por sus yates.

Publicó Cecilia su tercer vinilo en 1975 con el mismo título de la que ha sido su canción, que también se incluía en el disco, más famosa: “Un ramito de violetas”. Este disco supuso un gran reconocimiento popular y en gran medida su consagración tras “Cecilia” su primer lp de 1972 que incluía su primer gran éxito “dama, dama” y su segundo lp del año siguiente “Cecilia 2” menos conocido. La producción del disco estaba arreglada, dirigida, por el conocido músico Juan Carlos Calderón con quien, por cierto, iría poco después al festival de la OTI representando a España con “amor de medianoche” quedando en un dignísimo segundo lugar. De esta producción y sus arreglos solamente diré que es muy buena, como no podía ser de otro modo estando Calderón detrás, y que las soberbias canciones se enriquecen con la distinguida instrumentación, muy orquestal y generalmente apropiada al tema, salvo quizás por esos mariachis de “mi querida España” que a mí personalmente me chirrían un poco.

Títulos:

1. Mi querida España
2. Decir adiós
3. Sevilla
4. La primera comunión
5. Nuestro cuarto
6. Esta tierra
7. Mi pobre piano
8. Un ramito de violetas
9. Don Roque
10. Tu retrato

Las canciones de este disco siguen la línea de otras canciones publicadas anteriormente y ahondan en los temas favoritos de Cecilia, como la descripción de un país –el nuestro- y de sus personajes más característicos y descompuestos, que ya en los años setenta, cuando son escritas, constituyen un anacronismo. Quizás en esta manera de escribir, de elegir los temas, tenga que ver el hecho de que nuestra admirada cantautora pasó su infancia viajando por el mundo (era hija de diplomático) y así pudo adquirir una visión cosmopolita y sutilmente crítica de lo que estaba pasando en nuestro país.

Destacan composiciones como “mi querida España” o “esta tierra” donde se habla de España siempre con amor; con referencias, creo, en la primera, al triste suceso bélico del 36, a lo que parece, uno de los temas que más la obsesionaban y dolían, y, con esos ambiguos versos en la segunda que tanto me impresionan cada vez que los escucho:

“Y yo, que no tengo patria ni bandera
Me moriré de pena si muere esta tierra.”


Otra gran canción, es “Sevilla”, con una letra que es un estimable poema (una especie de romance con muchas libertades en la métrica) y cantada con una gran dulzura y afección. También son dignas de ser señaladas “la primera comunión” (nada que ver con la popular copla de Juanito Valderráma, pues se trata ésta de un compacto retrato costumbrista) y “Don Roque” que hablan de esa España profunda y de sus añosos personajes protagonistas de lo cotidiano de que hablábamos más arriba, que tan bien pintaba Cecilia con su voz.

Por supuesto también incluye el disco su mayor éxito, como dijimos, que es la inevitable “un ramito de violetas”, una hermosa y cabal canción, que cuesta escuchar sin prejuicios por lo tan conocida que resulta, tanto en la versión de la propia autora como en la de las versiones que se han hecho por otros artistas. Personalmente creo que la gran popularidad de esta canción ha hecho más mal que bien a la figura de Cecilia porque ha impedido que sean escuchadas y admiradas muchísimas otras tan sobresalientes como ésta, pero en fin, es lo que hay.

La portada del disco (afortunadamente es fácil de encontrar porque está editado en cd por Sony) fue dibujada por la propia Cecilia así como los dibujos que ilustran las canciones en el interior (que por desgracia en la edición en cd que tengo no están) que gustaba de pintar en un estilo naif muy colorista y con bastante gracia y donaire.

En fin, que retomando el inicio de este comentario o reseña, me gustaría acabar repitiendo lo que dije, es decir, que hemos tenido al menos una cantautora de altísimo nivel, Cecilia, solamente comparable, a mi juicio, con autores de la calidad de Serrat, por ejemplo, con quien por cierto creo que hay una gran cercanía y semejanza de estilo; y aún diría más: Cecilia es incluso más completa que nuestro querido maestro cantautor catalán, en tanto en cuanto que su voz fue, y todavía es, gracias a la magia del disco, mucho más atrayente y cautivadora, puro sortilegio musical.

abuineitor

domingo, 1 de julio de 2007

Paco Ibáñez-Canta a Brassens



Paco Ibáñez ha hecho magníficos discos a lo largo de su extenso recorrido musical. El inencontrable disco donde interpreta –en una cara del disco- a Pablo Neruda acompañado por el grupo Cuarteto Cedrón es el disco de Ibáñez más rico instrumentalmente. Sólo a partir de la década de los 90 encontramos dos discos donde el cantautor valenciano recurre a varios instrumentistas para colorear algo el sonido austero que le caracteriza. En el año 1979 nos regala un disco a medio camino del espléndido canto a Neruda y su primer disco a dos guitarras musicando a Lorca y Góngora: ese disco tan brillante no es otro que el de “Paco Ibáñez canta a Brassens”.

Este disco lo escuché por primera vez cuando tenía 16 años y llegó a mis oídos como una nevada en el mes de Julio. El disco rompía la linealidad compositiva de Ibáñez y su austeridad sonora. Aún recuerdo la eufórica ansiedad que corría por mis venas al ponerlo en el tocadiscos. Y con los años… nada. Paco Ibáñez vacuna sus discos contra los efectos adversos del tiempo y si ha cambiado algo, es que ahora lo disfruto aún más que a mis 16 años.

Nos hallamos ante un disco muy especial dentro de la carrera musical de este mito de la canción por diversas razones:
Es el único de toda su trayectoria que dedica por entero a un poeta; canta a un poeta de lengua no hispana por vez primera y, por primera vez, el cantante deja de ser juglar en el sentido estricto del término –no musica ningún poema- y se convierte en intérprete de su adorado mentor y maestro espiritual: el gran cantautor y poeta francés Georges Brassens que cantó a la irreverencia, a la filantropía, al erotismo y a la cordialidad desde su íntimo ideario anarquista. Paco Ibáñez se consagra a dicho espíritu y lo materializa magistralmente en este genial y sincero tributo al gran poeta de la chanson.

Para un proyecto de tal envergadura P. Ibáñez cuenta con la complicidad del propio Brassens y las acertadas adaptaciones al castellano del poeta provenzal Pierre Pascal. En la parte musical le avalan los arreglos de guitarra de Jean-Luc Maréchal y su sobrino Maximiliano Ibáñez, y el inefable contrabajo de François Rabbath que brilla por su lirismo y sensibilidad. El trío aporta una rica paleta armónica y rítmica no exenta de elegancia y solidez.
La profunda y aguardentosa voz de Paco recorre con soltura y sabiduría una a una las maravillosas canciones de G. Brassens haciéndoselas suyas con esa facilidad que tiene para hacer suyos los versos ajenos.

Para mi uno de los mejores discos en castellano dedicados a la gigantesca figura de G. Brassens. Dos datos curiosos, el mismo Brassens cantó en castellano tres de las adaptaciones de P. Pascal , “La mala reputación”, “El testamento” y “La pata de Juana” ; así como el cantante de rock Loquillo cantó “La mala reputación” en 1989 en el disco “A por ellos que son pocos y cobardes” pidiéndole permiso a Paco para versionearla. Os dejo la estrofa final de tan mítica canción:

“No hace falta saber latín / yo ya sé cual será mi fin,
en el pueblo se empieza a oír,/ muerte, muerte al villano vil,
yo no pienso pues armar ningún lío/ con que no va a roma el camino mío,

No a la gente no gusta que / uno tenga su propia fe,
Todos vendrán a verme ahorcar, / salvo los ciegos, es natural”.

Canciones:

1- Saturno (Saturne)
2- Canción para un maño (Chanson pour l’auvergnat)
3- La mala reputación (La mauvais réputation)
4- Juan Lanas (Bonhomme)
5- Tengo cita con usted (Je rendez-vous avec vous)
6- Por una muñeca me hice chiquitín (Je me suis fait tout petit)
7- Pobre Martín (Pauvre Martin)
8- La bella y el manantial (Dand l’eau de la claire fontaine)
9- La pata de Juana (Le cane de Jeanne)
10-El testamento (Le testament)

Grabación y mezcla Estudio Adam, ingeniero de sonido: Madelyne et Philippe Beacaump, Fotos: Rogelio Ibáñez.
Diseño y dibujos: Tony Gayán.
Edita PDI.-1979.

Paco Martín Soler