miércoles, 4 de julio de 2007

Cecilia-Un ramito de violetas



En una reciente entrada en este blog sobre la estupenda cantautora María José Hernández, decía Francisco Espinosa que en España existen y han existido pocas cantautoras, y que, las que hay, no alcanzan o alcanzaron un excelente nivel por lo general, comparadas con sus pares, los cantautores. Cuando leí esto, rápidamente pensé para mí: “puede ser... excepto Cecilia claro” (bueno confieso que también pensé en Elisa Serna y en las Vainica Doble pero estas últimas son otra historia, además, a ellas les gustaba que las consideraran ¡rockeras!). Y pensé esto, porque en mi opinión no ha habido -ni aun hoy hay- ninguna como ella, tan elegante, sencilla y seductora en todos los sentidos, y con tanta sagacidad, perspicacia y ternura escribiendo canciones.

No voy a contar la vida de Cecilia, ni quién era, ni hablaré de su lamentable muerte. Primero porque creo que es de sobra conocida y segundo porque prefiero centrarme en su breve manda musical, que es lo que cualquier artista –de los de verdad- desea, esto es, ser recordado por sus obras, no por sus yates.

Publicó Cecilia su tercer vinilo en 1975 con el mismo título de la que ha sido su canción, que también se incluía en el disco, más famosa: “Un ramito de violetas”. Este disco supuso un gran reconocimiento popular y en gran medida su consagración tras “Cecilia” su primer lp de 1972 que incluía su primer gran éxito “dama, dama” y su segundo lp del año siguiente “Cecilia 2” menos conocido. La producción del disco estaba arreglada, dirigida, por el conocido músico Juan Carlos Calderón con quien, por cierto, iría poco después al festival de la OTI representando a España con “amor de medianoche” quedando en un dignísimo segundo lugar. De esta producción y sus arreglos solamente diré que es muy buena, como no podía ser de otro modo estando Calderón detrás, y que las soberbias canciones se enriquecen con la distinguida instrumentación, muy orquestal y generalmente apropiada al tema, salvo quizás por esos mariachis de “mi querida España” que a mí personalmente me chirrían un poco.

Títulos:

1. Mi querida España
2. Decir adiós
3. Sevilla
4. La primera comunión
5. Nuestro cuarto
6. Esta tierra
7. Mi pobre piano
8. Un ramito de violetas
9. Don Roque
10. Tu retrato

Las canciones de este disco siguen la línea de otras canciones publicadas anteriormente y ahondan en los temas favoritos de Cecilia, como la descripción de un país –el nuestro- y de sus personajes más característicos y descompuestos, que ya en los años setenta, cuando son escritas, constituyen un anacronismo. Quizás en esta manera de escribir, de elegir los temas, tenga que ver el hecho de que nuestra admirada cantautora pasó su infancia viajando por el mundo (era hija de diplomático) y así pudo adquirir una visión cosmopolita y sutilmente crítica de lo que estaba pasando en nuestro país.

Destacan composiciones como “mi querida España” o “esta tierra” donde se habla de España siempre con amor; con referencias, creo, en la primera, al triste suceso bélico del 36, a lo que parece, uno de los temas que más la obsesionaban y dolían, y, con esos ambiguos versos en la segunda que tanto me impresionan cada vez que los escucho:

“Y yo, que no tengo patria ni bandera
Me moriré de pena si muere esta tierra.”


Otra gran canción, es “Sevilla”, con una letra que es un estimable poema (una especie de romance con muchas libertades en la métrica) y cantada con una gran dulzura y afección. También son dignas de ser señaladas “la primera comunión” (nada que ver con la popular copla de Juanito Valderráma, pues se trata ésta de un compacto retrato costumbrista) y “Don Roque” que hablan de esa España profunda y de sus añosos personajes protagonistas de lo cotidiano de que hablábamos más arriba, que tan bien pintaba Cecilia con su voz.

Por supuesto también incluye el disco su mayor éxito, como dijimos, que es la inevitable “un ramito de violetas”, una hermosa y cabal canción, que cuesta escuchar sin prejuicios por lo tan conocida que resulta, tanto en la versión de la propia autora como en la de las versiones que se han hecho por otros artistas. Personalmente creo que la gran popularidad de esta canción ha hecho más mal que bien a la figura de Cecilia porque ha impedido que sean escuchadas y admiradas muchísimas otras tan sobresalientes como ésta, pero en fin, es lo que hay.

La portada del disco (afortunadamente es fácil de encontrar porque está editado en cd por Sony) fue dibujada por la propia Cecilia así como los dibujos que ilustran las canciones en el interior (que por desgracia en la edición en cd que tengo no están) que gustaba de pintar en un estilo naif muy colorista y con bastante gracia y donaire.

En fin, que retomando el inicio de este comentario o reseña, me gustaría acabar repitiendo lo que dije, es decir, que hemos tenido al menos una cantautora de altísimo nivel, Cecilia, solamente comparable, a mi juicio, con autores de la calidad de Serrat, por ejemplo, con quien por cierto creo que hay una gran cercanía y semejanza de estilo; y aún diría más: Cecilia es incluso más completa que nuestro querido maestro cantautor catalán, en tanto en cuanto que su voz fue, y todavía es, gracias a la magia del disco, mucho más atrayente y cautivadora, puro sortilegio musical.

abuineitor

6 comentarios:

albokari dijo...

Hola abuineitor. Soy albokari, del foro de Hilario. He llegado aquí por casualidad, y por casualidad -fíjate- resulta que nos dedicamos a lo mismo en internet, sólo que tus comentarios son más extensos (juro que no te he plagiado, palabra)
Yo estoy aquí: http://albokari.spaces.live.com/
Hablando de Cecilia, ¿no piensas que algunos "progres" la tienen un tanto desprestigiada? Es sólo una opinión, pero es curiosos que solo se conozca de ella lo más "light".

Carlos de Abuin dijo...

hola albokari.. vaya, qué pequeño es el mundo. Ya he vistado tu blog; impresionante colección de fotos por cierto... a ver si encuentro tu mail y hablamos.

saludos compañero y gracias por el comentario.

Unknown dijo...

La más grande, sin lugar a dudas. Moderna, siempre con el dedo en la yaga, dueña de una personalísima forma de ver el mundo y de una voz de niña buena que podía escupir las letras más osadas ( se me viene a la cabeza "Si no fuera porque", sobre el suicidio p "Fauna" en la que personaliza en animales los estereotipos rurales de la España más rancia)o las más dulces y tiernas.

Cecilia era gigantesca y merecería un homenaje oficial y un reconocimiento que no tiene.

Carlos de Abuin dijo...

gracias por el comentario, Jose.

si se hiciera un homenaje oficial u oficioso yo me apunto.

saludos

Cvlocolorao dijo...

Magnífica entrada. Suscribo una a una tus palabras acerca de Cecilia. También yo le he dedicado algunas líneas, mas personales quiza, en mi blog. También yo creo que merece un reconocimiento que nunca tuvo. ¿que tal la reedición - como es debido - de toda su obra, editada e inédita? poemas, grabaciones, conciertos, pinturas...

Saludos

Carlos de Abuin dijo...

Estimado amigo, gracias por tu comentario. Ojalá se reeditaran sus discos en condiciones y se publicara todo el material inédito que exista tanto de audio como de video, etc.

Estaría bien, por supuesto, que se le hiciera un homenaje o reconocimiento. El problema es que si se hiciera, acabarían los miserables de siempre dándose codazos para salir en la foto y autopromocionarse. Y en lugar de hacer un recuerdo en honor de Cecilia y con respeto hacia sus admiradores, acabaría montándose un circo vergonzante.

Ojalá se hiciera, pero cariño y sensatez, sin hipocresías.

Saludos