lunes, 16 de julio de 2007

Javier Maroto-Luz

No hay mejor manera de comenzar el día que diciendo "¡Buenos días!" y es así como Javier Maroto, cantautor madrileño, presenta su primer disco llamado "Luz".
La primera vez que disfruté esta canción fue en directo en el ciclo de música de autor "Canciones al filo" en Collado Villalba. Tras escucharle dando los buenos días, escribí el segundo capítulo: hacerme con su disco y descubrir en casa qué ocurría después de esa matinal composición. Y así me topé con trece preciosas canciones (más un corte de tomas falsas) donde brillaba la voz de Javier con frescura y descubría ricas melodías, consecuencia seguro de un complicado engranaje y una cuidada formación de conservatorio.

Numerosas colaboraciones, entre ellas, destacar quizás por su veteranía, la de Pablo Guerrero, quien nos regala estos preciosos versos:


"
No ocupa sitio el canto de los pájaros, ni la risa del agua en la verde laguna, ni la mirada que vuela hasta el final del mar, ni la noche de estrellas que rodea el mundo. No ocupa sitio mi cuerpo cuando está en el tuyo".



Y es que en "Luz" encontramos numerosas amigos, por lo que dictan los créditos y delatan las fotos, y es así como es "Luz", consecuencia armoniosa de buenos músicos y mejores entendedores.


Tengo que reconocer que la primera vez que escuché a Maroto me recordó al Pedro Guerra de "Golosinas"; en una segunda escucha descubrí más matices y a la tercera... un cantautor de contundente personalidad delatada en sus letras donde cabe el amor, la amistad, la familia, la compasión o la denuncia.



1. buenos días
2. mirar tu risa (con Álvaro Fraile)
3. si no le escuchas
4. jumilla la uva
5. denis
6. soneto besado (con Sandra Crivelli)
7. el camino de María
8. despedida para un ángel
9. hay quien espera
10. no ocupa su sitio (con Pablo Guerrero)
11. el colgao (con Vega y Miguel Angel Ur)
12. luz
13. tomas falsas
14. entre hermanos



Se cumplen ahora tres años de las primeras grabaciones de este disco, y coincidiendo con este aniversario leo en su página que se marcha a Buenos Aires a iniciar una gira de conciertos con el cantautor argentino, Hernan Lerner, y a grabar el que será su segundo disco: "Al revés".



Desde Autaria sólo puedo decir, ahora, antes de que se marche, que ya esperamos con impaciencia su regreso de "al revés".

Desde el silencio a la musicalidad, pasando las hojas de su libreto y eligiendo cualquiera de las canciones que las llenan, porque por generosas... se hacen nuestras.

-- Beatriz P.Otín

sábado, 7 de julio de 2007

Olga Román 2

La parte aterciopelada de Joaquín Sabina tenía nombre de mujer: Olga Román. Y utilizo el imperfecto porque hace poco leí que el tandem Román-Sabina se decía hasta luego, después de 14 años. Década y media arropando al ronco de Úbeda en escenarios y discos como "Esta boca es mía", "19 días y 500 noches", "yo, me, mí, contigo" o "Nos sobran los motívos".
Con la música como leitmotiv fue también la voz coral de Luis Eduardo Aute (1983-1984) antes de su aventura americana y más recientemente y haciéndo honor a su versatilidad, de Fito y los Fitipaldis, Jorge Drexler, Extremoduro o Pablo Guerrero. Por añadir líneas a su currículum: es voz de cine en "El amor perjudica seriamente la salud" o "El principio de Arquímedes".
Sin embargo y más allá de ser la segunda voz por excelencia, Olga Román, con una asentada mayoría de edad musical re-cumplida, es Músico. Un gran músico.
Nos enfrentamos a una mujer creativa, una señora, una artista que ha sabido destacar cuando ha tenido que hacerlo y mantenerse en un segundo plano, tan discreta ella, cuando las circunstancias así lo escribían. Quizás por eso y por el gran talento que riega sus dos disco: "Vueltas y vueltas" (2001), con preciosos temas que afloran de lo profundo del corazón a la lágrima (que con pudor ocultamos), y "Olga Román2", editado en 2005, donde revalida como compositora junto a Juan Uría... se convierte en una artista que debe brillar con luces de neón para que no nos pase desapercibida.
En este segundo disco, con dos ciudades en su carnet de identidad: Madrid y Buenos Aires, descubrimos un corazón, el tuyo o quizás el mío, quien sabe, que muere y resurge con fuerza de las cenizas. Bellas melodías de pop, jazz, toques de blues y aromas brasileños (esos que tanto le gustan) con los narra el proceso de recuperación de un corazón roto que con el tiempo como medicina imprescidible... se hace fuerte, se asoma a la vida y finalmente se cura.
En "Olga Román2" además encontramos dos antojos de su autora: Jorge Drexler y Carmen París. Dice Olga: "Las dos aportaciones han sido maravillosas y han hecho crecer las dos canciones. Son dos artistas que me gustan mucho y a los que admiro y respeto".
Debo reconocer, si se me permite esta licencia, que las dos canciones corales me encantan: es la suavidad del uruguayo Drexler vs. la fuerza de la mañica Carmen París, ¿qué más se puede pedir?. Será debilidad personal.
El disco es una producción ejecutiva de Olga Román para "Vueltas y vueltas, producciones", y se puede conseguir a través de su página web y con suerte en Fnac.
Os dejo este rosario con once misterios.

1. la cuestión
2. brindis
3. como si nada
4. ahora ya vez
5. apareces (con Jorge Drexler)
6. eso y todo lo contrario
7. un día particular
8. era el mar
9. me asomo (con Carmen París)
10. dime por qué
11. otro tiempo llegó

De Olga se pueden decir muchas cosas, pero quién mejor que Sabina que tantos años la compartió con nosotros:

¿Olga Román? Pregúntale a cualquiera
que no venere el cielo de su boca
de su desván, pomelo con caderas
del dulce desconsuelo que provoca.

Cuando en plazas de toros imposibles
pega su voz a mi como una lapa
sus coros rompen techos y fusibles
y el don de su despecho se destapa.

Su bola de cristal llena de dientes
es un peligro para las morenas
tontas de la ton tómbola amarilla.

¿Olga Román? No ejerzo de vidente
pero poned su charme en las antenas
y yo estaré apludiendo de rodillas.

miércoles, 4 de julio de 2007

Cecilia-Un ramito de violetas



En una reciente entrada en este blog sobre la estupenda cantautora María José Hernández, decía Francisco Espinosa que en España existen y han existido pocas cantautoras, y que, las que hay, no alcanzan o alcanzaron un excelente nivel por lo general, comparadas con sus pares, los cantautores. Cuando leí esto, rápidamente pensé para mí: “puede ser... excepto Cecilia claro” (bueno confieso que también pensé en Elisa Serna y en las Vainica Doble pero estas últimas son otra historia, además, a ellas les gustaba que las consideraran ¡rockeras!). Y pensé esto, porque en mi opinión no ha habido -ni aun hoy hay- ninguna como ella, tan elegante, sencilla y seductora en todos los sentidos, y con tanta sagacidad, perspicacia y ternura escribiendo canciones.

No voy a contar la vida de Cecilia, ni quién era, ni hablaré de su lamentable muerte. Primero porque creo que es de sobra conocida y segundo porque prefiero centrarme en su breve manda musical, que es lo que cualquier artista –de los de verdad- desea, esto es, ser recordado por sus obras, no por sus yates.

Publicó Cecilia su tercer vinilo en 1975 con el mismo título de la que ha sido su canción, que también se incluía en el disco, más famosa: “Un ramito de violetas”. Este disco supuso un gran reconocimiento popular y en gran medida su consagración tras “Cecilia” su primer lp de 1972 que incluía su primer gran éxito “dama, dama” y su segundo lp del año siguiente “Cecilia 2” menos conocido. La producción del disco estaba arreglada, dirigida, por el conocido músico Juan Carlos Calderón con quien, por cierto, iría poco después al festival de la OTI representando a España con “amor de medianoche” quedando en un dignísimo segundo lugar. De esta producción y sus arreglos solamente diré que es muy buena, como no podía ser de otro modo estando Calderón detrás, y que las soberbias canciones se enriquecen con la distinguida instrumentación, muy orquestal y generalmente apropiada al tema, salvo quizás por esos mariachis de “mi querida España” que a mí personalmente me chirrían un poco.

Títulos:

1. Mi querida España
2. Decir adiós
3. Sevilla
4. La primera comunión
5. Nuestro cuarto
6. Esta tierra
7. Mi pobre piano
8. Un ramito de violetas
9. Don Roque
10. Tu retrato

Las canciones de este disco siguen la línea de otras canciones publicadas anteriormente y ahondan en los temas favoritos de Cecilia, como la descripción de un país –el nuestro- y de sus personajes más característicos y descompuestos, que ya en los años setenta, cuando son escritas, constituyen un anacronismo. Quizás en esta manera de escribir, de elegir los temas, tenga que ver el hecho de que nuestra admirada cantautora pasó su infancia viajando por el mundo (era hija de diplomático) y así pudo adquirir una visión cosmopolita y sutilmente crítica de lo que estaba pasando en nuestro país.

Destacan composiciones como “mi querida España” o “esta tierra” donde se habla de España siempre con amor; con referencias, creo, en la primera, al triste suceso bélico del 36, a lo que parece, uno de los temas que más la obsesionaban y dolían, y, con esos ambiguos versos en la segunda que tanto me impresionan cada vez que los escucho:

“Y yo, que no tengo patria ni bandera
Me moriré de pena si muere esta tierra.”


Otra gran canción, es “Sevilla”, con una letra que es un estimable poema (una especie de romance con muchas libertades en la métrica) y cantada con una gran dulzura y afección. También son dignas de ser señaladas “la primera comunión” (nada que ver con la popular copla de Juanito Valderráma, pues se trata ésta de un compacto retrato costumbrista) y “Don Roque” que hablan de esa España profunda y de sus añosos personajes protagonistas de lo cotidiano de que hablábamos más arriba, que tan bien pintaba Cecilia con su voz.

Por supuesto también incluye el disco su mayor éxito, como dijimos, que es la inevitable “un ramito de violetas”, una hermosa y cabal canción, que cuesta escuchar sin prejuicios por lo tan conocida que resulta, tanto en la versión de la propia autora como en la de las versiones que se han hecho por otros artistas. Personalmente creo que la gran popularidad de esta canción ha hecho más mal que bien a la figura de Cecilia porque ha impedido que sean escuchadas y admiradas muchísimas otras tan sobresalientes como ésta, pero en fin, es lo que hay.

La portada del disco (afortunadamente es fácil de encontrar porque está editado en cd por Sony) fue dibujada por la propia Cecilia así como los dibujos que ilustran las canciones en el interior (que por desgracia en la edición en cd que tengo no están) que gustaba de pintar en un estilo naif muy colorista y con bastante gracia y donaire.

En fin, que retomando el inicio de este comentario o reseña, me gustaría acabar repitiendo lo que dije, es decir, que hemos tenido al menos una cantautora de altísimo nivel, Cecilia, solamente comparable, a mi juicio, con autores de la calidad de Serrat, por ejemplo, con quien por cierto creo que hay una gran cercanía y semejanza de estilo; y aún diría más: Cecilia es incluso más completa que nuestro querido maestro cantautor catalán, en tanto en cuanto que su voz fue, y todavía es, gracias a la magia del disco, mucho más atrayente y cautivadora, puro sortilegio musical.

abuineitor

domingo, 1 de julio de 2007

Paco Ibáñez-Canta a Brassens



Paco Ibáñez ha hecho magníficos discos a lo largo de su extenso recorrido musical. El inencontrable disco donde interpreta –en una cara del disco- a Pablo Neruda acompañado por el grupo Cuarteto Cedrón es el disco de Ibáñez más rico instrumentalmente. Sólo a partir de la década de los 90 encontramos dos discos donde el cantautor valenciano recurre a varios instrumentistas para colorear algo el sonido austero que le caracteriza. En el año 1979 nos regala un disco a medio camino del espléndido canto a Neruda y su primer disco a dos guitarras musicando a Lorca y Góngora: ese disco tan brillante no es otro que el de “Paco Ibáñez canta a Brassens”.

Este disco lo escuché por primera vez cuando tenía 16 años y llegó a mis oídos como una nevada en el mes de Julio. El disco rompía la linealidad compositiva de Ibáñez y su austeridad sonora. Aún recuerdo la eufórica ansiedad que corría por mis venas al ponerlo en el tocadiscos. Y con los años… nada. Paco Ibáñez vacuna sus discos contra los efectos adversos del tiempo y si ha cambiado algo, es que ahora lo disfruto aún más que a mis 16 años.

Nos hallamos ante un disco muy especial dentro de la carrera musical de este mito de la canción por diversas razones:
Es el único de toda su trayectoria que dedica por entero a un poeta; canta a un poeta de lengua no hispana por vez primera y, por primera vez, el cantante deja de ser juglar en el sentido estricto del término –no musica ningún poema- y se convierte en intérprete de su adorado mentor y maestro espiritual: el gran cantautor y poeta francés Georges Brassens que cantó a la irreverencia, a la filantropía, al erotismo y a la cordialidad desde su íntimo ideario anarquista. Paco Ibáñez se consagra a dicho espíritu y lo materializa magistralmente en este genial y sincero tributo al gran poeta de la chanson.

Para un proyecto de tal envergadura P. Ibáñez cuenta con la complicidad del propio Brassens y las acertadas adaptaciones al castellano del poeta provenzal Pierre Pascal. En la parte musical le avalan los arreglos de guitarra de Jean-Luc Maréchal y su sobrino Maximiliano Ibáñez, y el inefable contrabajo de François Rabbath que brilla por su lirismo y sensibilidad. El trío aporta una rica paleta armónica y rítmica no exenta de elegancia y solidez.
La profunda y aguardentosa voz de Paco recorre con soltura y sabiduría una a una las maravillosas canciones de G. Brassens haciéndoselas suyas con esa facilidad que tiene para hacer suyos los versos ajenos.

Para mi uno de los mejores discos en castellano dedicados a la gigantesca figura de G. Brassens. Dos datos curiosos, el mismo Brassens cantó en castellano tres de las adaptaciones de P. Pascal , “La mala reputación”, “El testamento” y “La pata de Juana” ; así como el cantante de rock Loquillo cantó “La mala reputación” en 1989 en el disco “A por ellos que son pocos y cobardes” pidiéndole permiso a Paco para versionearla. Os dejo la estrofa final de tan mítica canción:

“No hace falta saber latín / yo ya sé cual será mi fin,
en el pueblo se empieza a oír,/ muerte, muerte al villano vil,
yo no pienso pues armar ningún lío/ con que no va a roma el camino mío,

No a la gente no gusta que / uno tenga su propia fe,
Todos vendrán a verme ahorcar, / salvo los ciegos, es natural”.

Canciones:

1- Saturno (Saturne)
2- Canción para un maño (Chanson pour l’auvergnat)
3- La mala reputación (La mauvais réputation)
4- Juan Lanas (Bonhomme)
5- Tengo cita con usted (Je rendez-vous avec vous)
6- Por una muñeca me hice chiquitín (Je me suis fait tout petit)
7- Pobre Martín (Pauvre Martin)
8- La bella y el manantial (Dand l’eau de la claire fontaine)
9- La pata de Juana (Le cane de Jeanne)
10-El testamento (Le testament)

Grabación y mezcla Estudio Adam, ingeniero de sonido: Madelyne et Philippe Beacaump, Fotos: Rogelio Ibáñez.
Diseño y dibujos: Tony Gayán.
Edita PDI.-1979.

Paco Martín Soler

domingo, 24 de junio de 2007

Andres Calamaro-Alta suciedad




Siguiendo el hilo del comentario escrito por Antonio Gómez sobre Carlos Montero y los cantautores que emigraron a nuestro país a empezar o recomenzar una carrera artística me decido a escribir éste. Y es que es un buen ejemplo, quizás el que mayor éxito ha logrado dicho sea de paso, de carrera retomada en España, por un artista foráneo. Corría el año 1990 cuando Andrés Calamaro hace las maletas para venirse a Madrid en gran medida huyendo de la hiperinflacionada situación económica de Argentina. Al llegar aquí, se une a Ariel Rot, argentino como él y ex_Tequila, a Julián Infante, otro ex_Tequila, y a Germán Vilella, para formar el popular grupo de rock Los Rodríguez. Aunque el origen del grupo es previo, creo. Recuerdo que por aquellos años –quizás un poco antes- Julián, a quién tuve la suerte de conocer, me invitó, y al grupo en que yo tocaba entonces, a un concierto de varios grupos al aire libre en que iba haber participado él, pero justo ese día venía Ariel Rot de Argentina en avión y Julián se fue a buscarle (estaba muy ilusionado con verle porque hacía mucho que no lo veía) y al final no aparecieron ninguno de los dos.

El caso es que tras unos años de gran éxito el grupo se separa y Andrés, que ya había grabado varios discos en solitario antes de venir a nuestro país, vuelve a grabar de nuevo con su nombre, lo que, en rigor, se puede considerar su primer disco en solitario en España. Sin embargo, la grabación del disco, no se llevará a cabo aquí; se hará a caballo entre Nueva York, Nueva Jersey y Miami, con el productor de Los Rodríguez , Joe Blaney, y con músicos negros curtidos en grabaciones de Aretha Franklin, Tom Waits, John Lennon, etc. Así pues, éstos, imprimirán su sello y su natural alma negroide, musicalmente hablando claro, a la bigarrada propuesta de Calamaro, lo que hace que sus canciones a ritmo de funk y de rock, de zydeco y soul, rumba y tango, reggae y psicodelia, folclor y tex-mex, cobren una extraña unidad y coherencia, gracias a su labor y a la característica voz de Andrés, omnipresente.

Temas:

1. Alta suciedad
2. Todo lo demás
3. Donde manda marinero
4. Loco
5. Flaca
6. Quién asó la manteca?
7. Media verónica
8. El tercio de los sueños
9. Comida china
10. Elvis está vivo
11. Me arde
12. Crímenes perfectos
13. Nunca es igual
14. El novio del olvido

Personalmente creo que de los que he oido hasta la fecha, este es el mejor disco que ha parido. El sonido se erige como una torre enladrillada con exóticas delicias y la dignidad y la clase de las canciones no decae jamás. Desde “Flaca” ese homenaje a su admirado Dylan (por no hablar del aspecto del cantautor en la portada y fotos interiores cual Dylan de los años setenta) pasando por la hermosa, poética y triste “Media verónica” o la irónica ranchera-blues de “El tercio de los sueños” hasta la fina joya, el delicado tesoro del disco que, para mi gusto constituye “El novio del olvido”, este es un cáliz musical del que se apura hasta la última gota sin darse uno cuenta. Mención aparte merecen las apariciones estelares de Palito Ortega (sí, el de “la felicidad oh oh oh oh...”) o del profesor universitario y afamado conocedor del mundo cultural de las drogadicciones Antonio Escohotado (por cierto que fue profesor mío, un tipo muy interesante) que se marca una larga parrafada locutada sobre un pastoso reggae de casi ocho minutos.

Ya dije que hasta la fecha para mí es lo mejor que ha hecho Andrés. Un cd que satisface plenamente tanto al cantautor que creo que hay en mi, como al rockero que me identifica. Un disco irrepetible y que creo contrasta -para bien- con lo que en los últimos tiempos ha hecho, volcado como está en el universo de las versiones de clásicos a las que siempre ha sido tan aficionado (comentábamos mi amigo Alejandro Romano y yo que no a todos les ha gustado mucho sus revisiones de canciones tan populares, más de un argentino ha debido decirse así mismo aquello de “si el Polaco Goyeneche levantara la cabeza...”). Pero bueno, pese a todo, sigo pensando que todavía puede superar este gran disco “Alta suciedad”. Talento y sabiduría le sobran, sin duda...

abuineitor

jueves, 21 de junio de 2007

Joan Isaac-De profundis




“De profundis” es el último disco, por el momento, de Joan Isaac. Su título hace alusión a la obra de Oscar Wilde, y como en esa obra, Joan Isaac hace en su trabajo un repaso sobre la condición humana, en toda su amplitud. Todas las letras y las músicas están compuestas por él. El disco está realizado en formato de Digipack; los músicos que lo acompañan son de primer orden, y la fotografía es de Juan Miguel Morales, que como retratista de cantautores es único, muestra de ello es su libro “Retratos de cantantes”, editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

La traducción de los textos ha estado a cargo de un poeta y escritor gaditano, José Manuel García Gil, que a modo de presentación del disco escribe un prólogo titulado “Verdad y Experiencia”. Lo que se expresa en esta introducción refleja la genuina personalidad de Joan Isaac:

“…..En la vida diaria ocurren siempre cosas, pequeñas historias, a veces cataclismos, alguien muere, uno se condena o se redime de una culpa, nos encontramos solos en la orilla de una ciudad de la que nada sabemos todavía. La fragilidad, el amor en la rutina, la muerte de un amigo, el frío del tiempo o el paso del invierno. De esas pequeñas historias está hecha la música de Joan Isaac, lo estuvo en esencia desde siempre, desde aquellas primeras canciones militantes de hace muchos años. Ellas son la columna vertebral de la verdadera poesía...”.

Esta es la mejor presentación de Joan Isaac y de su trabajo, yo no podría añadir nada, pero hablaré un poquito de sus canciones.

El CD empieza con una frase de Oscar Wilde que engloba el sentido del disco:” Qui assumeix el risc de les profunditats assumeix el propi risc…”. La primera canción creo que es una de las mejores, “T´estimo en la rutina” , una verdadera y sincera canción de amor, no trata de ese amor tan aireado y grandilocuente al que canta la mayoría de los autores, es sobre un amor corriente, el amor en el que la generalidad de la gente se instala, el de todos los días, con sus momentos de ilusión, de pasión, de desengaños y decepciones, la vida cotidiana reflejada en cada estrofa.

Todas sus canciones tratan de la vida, canta a la fuerza y a la ilusión de la juventud en su tema “A Paula”; a la ternura hacia la vejez, que nos vuelve de nuevo niños, en “Els infants”; al paso inexorable del tiempo “I passa, passa el temps”; al romanticismo y a los riesgos en “Em parlaves de l´amor”; a la llegada del invierno en al alma, “Hivern”. Se ríe de la catadura de quien pone precio a todo y sobresale a costa de pisotear a los demás en “L´Home model”. Habla sobre los sueños en “Havana dreamin´”, solo quien haya conocido La Habana podrá adivinar lo que encierra esta canción.

Cuenta el disco con dos colaboraciones, Ana Belén en “Manfred”, la historia de Man, el hombre que murió de pena frente a la tragedia ecológica y humana provocada por el chapapote del Prestige; y Lluis Llach lo acompaña en “Cala la nit a San Remo”.

Termina con una canción impresionante, “Adéu-siau Josep Maria”, donde juega con una expresión frecuente. Solemos decir “me muero de” para cualquier cosa, pero lo que de verdad nos mata un poco es la pérdida de alguien a quien queremos, es un homenaje y una despedida a un amigo.

Quiero terminar este comentario hablando de una canción que considero especial, “Tot és fràgil”. Tanto la letra como la música están hechas con una delicadeza y una sensibilidad increíbles; habla sobre la fragilidad. Todo es frágil, sobre todo la vida, y quiero escribirla aquí completa, es mi modesto reconocimiento a su autor, que el año pasado estuvo a punto de demostrarnos, personalmente, hasta que punto todo es frágil.

Tot és Fràgil

Com el vol indecís, d´un sospir
Que arriba amb esma al pit, les tardes tèbies.

Com la llum dels capvespres d´abril,
que claregen les nits de Primavera.

Tot és fràgil, massa fràgil.
Tot ès frágil, frágil, frágil

Com l´estranya saviesa dels vells
O el dibuix d´un ocell sobre les roques.

Com la flor que s´ha obert d´improvis,
la riquesa, l´oblit, la bellesa.

Tot és fràgil, massa fràgil.
Tot ès frágil, frágil, frágil

Com el temps que s´amaga als miralls
o el misteri profund d´un incendi d´estrelles

Com la vida que tinc a les mans,
com un germà que he abraçat en l´absència.

Tot és fràgil, massa fràgil.
Tot ès frágil, frágil, frágil

Este disco fue publicado por Discmedi en enero de 2006 y presentado en concierto en Febrero de ese mismo año en el Petit Palau de Barcelona, estas son las canciones:

1. Introducció
2. T´estimo en la rutina
3. Els infants
4. Havana dreamin´
5. Manfred
6. Cala la nit a San Remo
7. A Paula le falten més hores
8. Em parlaves d l´amor
9. Tot és fràgil
10. Hivern
11. L´home model
12.I passa, passa el temps
13.Adéu-siau, Josep Maria


Mª Gracia Correa

miércoles, 20 de junio de 2007

María José Hernández-Círculos concéntricos


¿Y de cual de los tres discos voy a escribir?. Eso es lo primero que vino a mi cabeza cuando decidí escribir hoy sobre María José Hernández, ya que creo que es muy difícil cualificar cual es el mejor de los discos de esta cantautora aragonesa.

La primera vez que supe de su existencia fue hace años, cuando un amigo mexicano me envió un correo recomendándome encarecidamente que visitar su página web y escuchara sus canciones y su voz. Creo que siempre le estaré agradecido, ya que descubrí en ella una gran cantante, una magnífica compositora y una excelente persona.

Por desgracia, en el mundo de la canción de autor en España hay un porcentaje diminuto de mujeres. Además, por si fuera poco, las que hay tampoco es que tengan en su mayoría un excelente nivel (sé que esto puede sonar tal vez machista, pero créanme, por desgracia es así, ya me gustaría a mí poder decir lo contrario, debe ser que las mujeres se decantan por otro tipo de música). Además, las más famosas han sido las que o no han escrito nunca nada, o que han escrito poco, como es el caso respectivo de Ana Belén y de Rosa León, para mi gusto, las dos mejores voces españolas de autor.

Bueno, el caso es que este, el tercer disco de María José, es un excelente disco, cuidado, mimado desde el primer minuto en que se puso a escribir, hasta el último minuto de grabación. Trabajadísimo, ha contado con una producción de lujo, el detalle de colaboradores es exquisito, gente como Gonzalo Lasheras, Billy Peterson, Javier Coble, Marcelo Fuentes, Joaquín Pardinilla, Ernesto Cossío, Tito Dávila, Josué Barrés y José Luis Seguer.

María José es una cantautora honesta, una “trabajadora” de la música, pero a la vez derrocha inspiración. Las músicas exquisitas, las letras tienen una solvencia muy difícil de encontrar en estos días. No se arruga ante nada, ya que en las temáticas se atreve con casi todo y además se compromete, arriesga su piel en cada verso.

Hay canciones como “Siempre”, en la que nos hace un duro relato social, una crítica sin complejos al día a día que vivimos, o canciones como “Si tienes sed”, canción en la que rebosa el compromiso, que nos aleja de las medias tintas. Hermosísimas canciones de amor como “Las estaciones” o “A veces preguntan” y “Puedo”, una maravilla rebosante de sensualidad. Todo esto sin olvidarnos de la que da título al disco, “Círculos concéntricos”, en donde María José dice , que todo es circular y es concéntrico. De lo íntimo a lo universal, de lo cotidiano, a lo cósmico todo se deja envolver por el pulso cíclico de la vida.

Si por si fuera poco, María José nos permite escuchar en línea todas las canciones de sus discos a través de Internet, así que déjenme que les recomiende que las escuchen y si les gustan, que compren el disco, que no se arrepentirán.

Canciones:
- Círculos concéntricos
- Siempre
- Las estaciones
- Si tienes sed
- Versos y rabia
- Imagínate
- Puedo
- Mujer de arena
- La punta del iceberg
- A veces preguntan
- www.cariño.com
- Niña buena

María José Hernández, una gran cantante, una magnífica compositora y una excelente persona.

Francisco Espinosa